sábado, 4 de junio de 2011

"No reímos porque somos felices, somos felices porque reímos.


Esta es la historia de tres místicos hindues. Se los conocia como Los Tres Santos Reidores, porque nunca hacian otra cosa que reir. Solian ir de una ciudad a otra, pararse en el mercado y echarse una buena carcajada visceral.

Era contagioso, no bien ellos empezaban, todo el mercado comenzaba a reir...
Viajaban por toda India solo ayudando a que la gente riera. Gente triste, gente enojada, gente codiciosa, gente celosa: todos reian con ellos.

Un dia uno falleció. Los pobladores dijeron: Su amigo ha muerto y deben llorarlo, pero los otros estaban bailando, riendo y celebrando la muerte.

La gente del pueblo dijo: Esto es demasiado. Cuando muere un hombre es profano reir y bailar. Entonces, los reidores dijeron:

Nos reimos con el toda la vida ¿como podríamos despedirlo de otra manera?
Y si no nos reimos, el se reirá de nosotros y pensará: ¡Tontos! ¿Cómo puede morir la risa?
Y llegó el momento en que debían incinerar su cuerpo y la gente del pueblo dijo: Lo bañaremos como lo prescribe el ritual.

Pero sus dos amigos dijeron: No, el ha pedido que no hagamos ningun ritual y no cambiemos sus ropas ni lo bañemos. Sólo ha pedido que lo pongamos tal como está en la pira crematoria; por lo tanto, seguiremos sus instrucciones.

El cuerpo fue colocado sobre la pira, y cuando comenzó a quemarse sucedió algo muy especial: se prendieron múltiples fuegos artificiales y salieron serpentinas de todos colores que este anciano habia escondido entre sus ropas para que su despedida despertara sonrisas y asombro y el pueblo entero lo recordara con alegria y humor, símbolo de lo que había sido su vida.

¿Sabias que el buen humor no le resta seriedad al trabajo ?, si uno decidiese encontrar el lado bueno de todas las cosas, estoy seguro que lo encontraría, pero para algunos es mas sencillo jugar el papel de víctimas y echar la culpa a otros o a su mala suerte....

No perdamos el niño que todos llevamos dentro, riamos, disfrutemos cada instante que la vida nos da, si al fin y al cabo, lo único seguro en ella es nuestro final, no dejemos pasar la oportunidad de decirle a nuestros seres queridos, que los queremos, aunque sea lo mas obvio y parezca una debilidad del espìritu, ellos y nosotros lo necesitamos y lo apreciaremos. No debe haber peor dolor para un hijo, una esposa o un amigo, que intentar recordar cuando le dijimos que lo queríamos y no existir en su memoria.
Si no fuera por mi sentido del humor, hace ya mucho tiempo que me habria suicidado:
Indira Gandhi
Desconfiad de las personas que nunca rien, no son personas serias.
 Julio Cesar

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